jueves, 13 de septiembre de 2012

Fin de la escuela publica


Creo que como padres y madres nos deben preocupar los recortes que en materia educativa estamos sufriendo, y los que vamos a sufrir. Sin duda cualquier país que desee ser moderno y acorde con los tiempos que corren debería apostar por el futuro, y el futuro son los niños, es su educación.
Por eso hemos invitado a Jesús Mª Sánchez para que nos hable sobre este tema, al hacerlo pensamos que seguro que él nos puede dar una visión bastante amplia porque es el presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA. Esta entidad aglutina a 42 federaciones territoriales y a más de 11.000 AMPAS, fundamentalmente de la escuela pública, representación que ostenta desde febrero de 2011.
Jesús es palentino de nacimiento tiene 54 años y está casado, es papá de tres niños que tienen 13, 9 y 5 años, y estudian en el Colegio Público Antonio González de Lama de León, en cuya AMPA y Consejo Escolar participa.
Nuestro invitado de hoy es una persona muy activa socialmente y con una gran implicación en el movimiento asociativo. También es miembro del Consejo Escolar del Estado y presidente de la Asociación de Amigos Síndrome de Down de León.
Os dejamos con esta entrevista en la que hablamos sobre recortes y sobre fracaso escolar, sobre la escuela pública y sobre la participación de los padres.

Peques y Más.- Los servicios públicos están sufriendo recortes y eso afectará directamente al bienestar de las familias, pero ¿afectan de igual manera a la enseñanza pública que a la concertada?
Jesús Mª Sánchez.- Los recortes incidirán más sobre la escuela pública, que es la que depende directamente de los presupuestos e inversión del Estado. Y hay que recordar que la escuela pública escolariza a todo tipo de ciudadanos, sin distinción y discriminación alguna, lo que no hace la escuela concertada.
Para salir de la crisis, recuperar la confianza en el futuro y, de paso, alcanzar los objetivos educativos que marca la Unión Europea, España no puede prescindir de un instrumento tan importante como es la escuela pública, no puede desinvertir en programas y profesionales que sientan las bases para un futuro mejor.
En la mayoría de los países europeos los gobiernos creen en la escuela pública y, por lo tanto, invierten en ella, porque forma parte de su “política de Estado”. No tenemos muchos datos, pero obviamente en Grecia la escuela pública está sufriendo recortes muy duros. Nosotros no queremos eso, y vamos a luchar para impedirlo
PyM.- ¿Nos puedes concretar cómo crees tú que repercutirán en la calidad de la enseñanza?
J.M.S.- Que un aula de Infantil y Primaria pueda alcanzar los 33 alumnos y 40 en Secundaria afecta inevitablemente a la calidad de la enseñanza, porque así el profesor no puede atender a la diversidad del alumnado. Además, también se están reduciendo las plantillas de profesores de apoyo y orientadores. Los países que obtienen mejores resultados en las evaluaciones internacionales ofrecen una educación lo más individualizada posible.
Pero además otros recortes anunciados van a atacar a la línea de flotación del derecho a la educación pública, universal, gratuita, inclusiva y en condiciones de calidad: los institutos de educación secundaria sólo tendrán obligación de ofertar una modalidad de bachillerato; habrá una menor oferta de ciclos formativos de FP. No se cubrirán la mayoría de las bajas del profesorado; no habrá suficientes profesionales que atiendan otros servicios educativos; las tutorías con las familias quedarán muy mermadas; el incremento abrupto de las tasas universitarias y la restricción del derecho a percibir beca harán muy difícil que los trabajadores podamos enviar a nuestros hijos e hijas a la universidad, obstáculo que sí salvarán las clases más acomodadas…
En definitiva la calidad y la equidad del sistema educativo están recibiendo un ataque como nunca antes había recibido en nuestro periodo democrático.
PyM.- Ahora parece que será aún más difícil luchar contra el fracaso escolar: reducción o eliminación de ayudas para adquisición de libros, incremento de las ratios, dificultades para sustituir al personal docente que esté de baja (seguro que me dejo mucho más). Todo esto no es sinónimo de cuidar el futuro de un país, y además en la época de las tecnologías dónde los jóvenes acceden a la información a través de dispositivos que llevan en el bolsillo ¿no parece que en educación estemos retornando al pasado?
J.M.S.- Es necesario reducir las tasas de fracaso y abandono escolar, todo un lastre para nuestro sistema educativo y para nuestro país, a pesar de que en los últimos años se ha producido una mejora importante, en contra de lo que muchos creen. Detrás de los datos de fracaso escolar hay niños, niñas y jóvenes que, por lo general, pertenecen a entornos socioeconómicos desfavorecidos y alumnado con necesidades especiales de atención educativa. Como muchos estudios señalan, el entorno social y familiar del alumnado incide en los resultados educativos del alumnado.
Efectivamente, retornamos a los años setenta, cuando sin embargo tendríamos que caminar hacia una escuela adaptada a la sociedad digital en la que nuestros hijos han nacido y crecido, con una enseñanza más motivadora y centrada en la adquisición de competencias básicas. Y eso requiere no sólo un cambio en el paradigma educativo, sino también inversiones que permitan modernizar el sistema educativo, y que resultan además muy rentables a largo plazo. Lo más caro para un país es no invertir en educación.
PyM.-¿Sabes si los recortes se están produciendo también en otros países de Europa? y ¿en qué nación crees tú que se presta especial importancia dotándola de los medios necesarios a la escuela pública
J.M.S.- En la mayoría de los países europeos los gobiernos creen en la escuela pública y, por lo tanto, invierten en ella, porque forma parte de su “política de Estado”. No tenemos muchos datos, pero obviamente en Grecia la escuela pública está sufriendo recortes muy duros. Nosotros no queremos eso, y vamos a luchar para impedirlo.
Todos conocemos el tan citado modelo educativo de Finlandia, donde la práctica totalidad de los centros son públicos. Allí el sistema actúa ya en Educación Infantil y en Primaria cuando observa cualquier dificultad de aprendizaje en los niños, de manera que llegan a la secundaria con una buena formación. En Finlandia no existe la repetición, tan sacrosanta en nuestra España. Allí se previenen los problemas en etapas anteriores. En Finlandia el profesorado es elegido entre los mejores estudiantes, porque es una profesión con gran prestigio social.
Además es un sistema que compatibiliza excelencia y equidad, es decir, que tiene alumnos con muchos conocimientos y habilidades y apenas tiene alumnos en desventaja. Como sabemos, Finlandia ocupa siempre los primeros lugares en las clasificaciones que elabora el informe Pisa de laOCDE.
PyM.- Háblanos sobre el incremento de alumnos por aula que se prevé, ¿se puede enseñar / aprender hoy en día en un aula con 33 o 40 alumnos?, ¿no es nuestra sociedad suficientemente diversa como para que los niños requieran más atención?
J.M.S.- Con este aumento de la ratio de alumnos por aula va a ser prácticamente heroico que un profesor pueda atender al alumnado educativamente con unas mínimas condiciones de calidad.
Antes de los 80, las aulas tenían un alumnado bastante homogéneo y además la educación sólo era obligatoria hasta los 14 años. Hoy, la obligatoriedad es hasta los 16 años, la mayoría de los alumnos con necesidades especiales está escolarizado en centros ordinarios, hay alumnos de origen inmigrante, niños de familias monoparentales, homoparentales y de todo tipo y condición social; en suma, un alumnado muy heterogéneo, sobre todo en la escuela pública. Esto no es nada negativo. Al revés, creemos que la diversidad es riqueza, pero también requiere de medios para poder atenderla adecuadamente.
Retornamos a los años setenta, cuando sin embargo tendríamos que caminar hacia una escuela adaptada a la sociedad digital en la que nuestros hijos han nacido y crecido, con una enseñanza más motivadora y centrada en la adquisición de competencias básicas. Y eso requiere no sólo un cambio en el paradigma educativo, sino también inversiones que permitan modernizar el sistema educativo, y que resultan además muy rentables a largo plazo. Lo más caro para un país es no invertir en educación